El desprendimiento de retina es una afección ocular grave que puede suponer la pérdida de la visión del ojo, por eso es tan importante saber qué es, cuáles son sus síntomas y por qué ocurre. Es primordial que se detecte a tiempo, por lo que, cuanto mejor seamos capaces de conocer las señales más preparados estaremos para acudir al oftalmólogo y evitar daños irreparables en nuestra salud visual.
En primer lugar debemos recordar cómo es la estructura del ojo, qué es la retina y dónde se encuentra. La retina es una membrana que se encuentra en el interior del ojo, en la parte posterior. El tejido del que está compuesta es sensible a la luz y en él se proyectan los rayos que entran a través del cristalino. Ella es la encargada de transformar esas imágenes en impulsos nerviosos que, a través del nervio óptico llegan a nuestro cerebro. Dada la importancia del rol clave que tiene en nuestra visión, podemos entender que el desprendimiento de retina sea una afección tan grave.

¿En qué consiste un desprendimiento de retina?
El desprendimiento de retina ocurre cuando esta membrana se separa del globo ocular, afectando a la visión haciendo que sea borrosa. Se trata de una afección indolora que puede ocurrir a cualquier edad, aunque es más común que suceda en adultos o personas de edad avanzada.
Algunos de los síntomas más comunes son, además de visión borrosa, la aparición de moscas volantes (manchas, líneas o líneas en el campo de visión) de manera repentina y en gran volumen, destellos luminosos repetitivos y en la misma parte del campo visual, aparición de una cortina oscura que gradualmente va cubriendo el campo visual y pérdida de la agudeza visual, principalmente en el centro del campo de visión.
Ante cualquiera de estos síntomas es muy importante que se acuda al oftalmólogo, especialmente cuando aparecen de manera repentina, ya que, como hemos mencionado, es una afección grave que puede provocar la pérdida total de la visión.
¿Qué provoca el desprendimiento de retina?
En muchos casos, el desprendimiento de retina se debe a traumatismos o contusiones oculares, pero no es la única razón. Las personas que tengan un nivel muy alto de miopía son más propensos a sufrir desprendimiento de retina, así como aquellos que lo hayan heredado genéticamente. También puede aparecer en pacientes que se hayan sometido a cirugía ocular, como la de cataratas o glaucoma.
En cualquiera de los casos, cuando el desprendimiento de retina es tratado a tiempo puede curarse a través de un procedimiento quirúrgico que vuelve a colocar la retina en su lugar. Este procedimiento se realiza de forma ambulatoria y no precisa de anestesia general. En la mayoría de los casos, el paciente recupera la visión tras la intervención aunque deberá someterse a revisiones periódicas para hacer un seguimiento de su salud ocular.
Como siempre vemos en nuestro blog, es primordial acudir a las revisiones periódicas. ¿Quieres reservar tu cita? Hazlo ya y ven a visitarnos.
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