Según datos de la OMS, 422 millones de personas padecen diabetes en el mundo. Es decir, 1 de cada 11 personas. Esta enfermedad metabólica hace que los niveles de azúcar en sangre alcancen cotas perjudiciales para la salud. Esto hace que ciertos órganos del cuerpo sufran daños, entre ellos los ojos, el corazón y los riñones. Si no se controla adecuadamente, la diabetes puede llegar a provocar ceguera. Pero, ¿por qué y cómo afecta esta afección a la salud ocular?

Diabetes y glaucoma

Entre las diferentes enfermedades diabéticas que pueden afectar a los ojos se encuentra el glaucoma. Teniendo en cuenta que este último es una de las principales causas de ceguera en el mundo, es una consecuencia muy grave. El glaucoma se produce como consecuencia de un daño en el nervio óptico, debida al aumento de la presión intraocular. Existen diferentes causas que provoquen esa presión, pero los altos niveles de azúcar en sangre son una de ellas, a pesar de que aún no se haya establecido qué relación exacta hay entre hiperglucemia y presión intraocular elevada.

Aunque siempre es importante acudir a las revisiones, cuando se sufre diabetes es de vital acudir puntualmente. Como hemos mencionado, el glaucoma puede provocar ceguera. Para evitar su progresión es extremadamente importante detectarlo a tiempo para comenzar con el tratamiento que podrá consistir en medicamentos que reduzcan la presión intraocular o, en ciertos casos, someterse a una operación.

Diabetes y cataratas

Aunque las cataratas afectan a una gran parte de la población debido al envejecimiento natural, la diabetes puede hacer que aparezcan de manera prematura y progresen más rápidamente. Los pacientes que sufren cataratas van experimentando poco a poco una pérdida de la visión que, como en el caso anterior, puede llegar a producir ceguera. El aumento del nivel de azúcar en sangre debido a la diabetes propicia que el cristalino absorba más glucosa de lo normal. Esto hará que se generen depósitos de este material, favoreciendo el proceso de opacidad progresiva del cristalino.

Aunque existen tratamientos diferentes para paliar los efectos que producen las cataratas, la única solución definitiva es la cirugía. Esta consiste en la extracción del cristalino opaco y la sustitución por una lente intraocular que realizará la misma función. Sin embargo, los pacientes diabéticos, debido a las posibles complicaciones, requieren de unos cuidados pre y post operatorios especiales, así como un seguimiento más exhaustivo de la intervención.

Retinopatía diabética

En los dos casos anteriores, la diabetes era uno de los muchos factores que favorecen la aparición de ambas enfermedades. Sin embargo, la retinopatía diabética es la única enfermedad del ojo que se debe solamente a ella por lo que todas las personas diabéticas corren el riesgo de sufrirla. Según los estudios realizados, 1 de cada 3 de ellas desarrollarán retinopatía diabética. Aunque puede derivar en ceguera, un diagnóstico temprano puede evitar males mayores ya que. Como ocurre con otros problemas visuales, es asintomática, por lo que, cuando el paciente presenta signos ya es demasiado tarde.

La retinopatía diabética es la consecuencia de una hiperglucemia crónica, que daña los capilares de la retina. Esto provoca una obstrucción capilar, lo que puede causar microaneurismas, hemorragias retinianas o anomalías microvasculares intrarretinianas, entre otras. Los daños que este tipo de reacciones provocan en la retina son irreversibles, de ahí la importancia de diagnosticarla a tiempo.

En general, todas aquellas personas que padecen diabetes deben tener más cuidado que el resto de pacientes a la hora de monitorizar y revisar su salud ocular. Si para todos es aconsejable realizarse revisiones cada año o cada dos años, para los diabéticos es una cita a la que no deben faltar. La mayoría de las afecciones que pueden desarrollarse pueden derivar en la pérdida total de visión, pero no tienen por qué si se detectan a tiempo. Y entre cada revisión, no dudes en poner tus síntomas en conocimiento de tu médico o especialista de cabecera.